hoy una tormenta pasó por mi casa
se llevó mi ropa, mis recuerdos, mis cobijas
quedé desnuda ante la vida me obligó a verme a mi misma
me arrancó los últimos pedazos de piel vieja
se desprendieron junto a la cobija
levanto de lugar las cosas
me obligó a ver mi desnudez,
a recoger mis cosas y reacomodarlas
ver el polvo que nunca había sacudido
me dio una vueltas sobre mi misma
sin fuerzas me tire al suelo
llore por miles de noches
bebí días de días
y al final
cuando creí haberme anestesiado suficiente
en un delirio infinito
cuando creí asegurarme la muerte
y no volver jamás
miles de flores inundaron mis sueños
cerré los ojos
los ruidos y colores de la vida vinieron a mí
sentí cosas que creí no sentir de nuevo
y la naturaleza misma me recogió entre su cauce
cuando creí escapar hacia la oscuridad
la vida me encontró perdida
con una mano suave y su amor infinito
me mostro razones nuevas,
viejas razones recién descubiertas
sonrisas de niños y jóvenes
mi propia sonrisa
música suave y lenta para bailar enamorada
música loca para sentirla vibrar en el estomago
colores y sombras que captar con mi lente
un sol que calienta, no solo quema
entonces desperté extasiada
apreciando mi desnudez sin vergüenza
del polvo bajo la cama se tejió mi nueva vida
abracé lo poco que tengo
aquellos recuerdos que quedaron
y me he propuesto construirme otra vida
porque a pesar de todo,
dentro de mí, hay un germen que respira
No hay comentarios.:
Publicar un comentario