No tienes que ser discipula, fan, crítica, ni enemiga, solo tienes que ver, ni siquiera con límite de tiempo, prestarme tus ojos para verme en ellos, ser una testiga.
19 de julio de 2010
Ella
Testigos
A veces nos deja en casa, en los días en que está más ligera, alegre y relajada. En cambio cuando amanece tarde y con el alma contrariada nos lleva entre sus manos y nos apretuja. Otros días nos cuelga en su cuello y salimos con ella, esos días recita oraciones, conjura deseos, prende velas y nos pasa por el fuego. La hemos escuchado preguntarle al humo, susurrar cosas al teléfono o chatear en la computadora mientras sonríe aunque sus ojos también presagian lágrimas.
Muchas veces mientras habla mete sus dedos en la bolsita y al encontrarnos parece relajarse. Otras tantas nos extiende en su mano izquierda y con la derecha nos esparce, nos acaricia, nos interroga y nos sonríe.
Frijolitos rojos, oráculo de brujas, frutos del tz'ite, recuerdos de caminos cómplices, eso somos, mudos y diminutos testigos de sus pasos.
12 de julio de 2010
Tan, tan, tan
Pam pam pam, el Rach 3 en su cabeza, subiendo y bajando de volumen. Ella en la noche. Tirada en la azotea adivinando estrellas entre las nubes. No acababa de saber si estaba dormida o despierta, en ese estado en el que la meditación cobraba fuerza. Un día largo para estar en casa. Un día con antojo eterno, con más frío y más melancolía que de costumbre. Acabó el día tirada en la cama con ganas de llorar. Salió a la azotea para respirar, con el Rach instalado dentro. Se colocó en la meditación de reconciliación con la tierra, con las palmas de los dedos hacia arriba, y las palmas de los pies hacia abajo. Respirando, respirando, y de repente el Rach tomando como propiedad su cabeza. Instalándose en su cerebro-caja de resonancia, tita, tita, tita, titan, da li da li dariraru, da li, dali dadada... una espiral que salió de su cerebro al infinito y entonces los ojos, abrió los ojos contra cualquier indicación de la maestra. Abrió los ojos e indagó resplandores, los cuales permanecían ocultos tras las nubes de junio... Es nula la conciencia que tenemos de ser parte de este mundo -pensó-. De ser parte de la cadena de la vida, del flujo de energía. Una persona hará la diferencia??? -se preguntó-. No lo sabré nunca -se dijo-, sólo sé que puedo ser mi diferencia, y resonó entonces su corazón, tan, tan, tan, tan..
2 de julio de 2010
Presagio
que la sola presencia de tus imágenes
me dibuja pájaros y rutas de viaje
mi cuerpo es territorio entregado a tu fantasma
que viaja como en su mismísima casa.
por eso tu mirada ya no me es ajena
presagia con sarcasmo mis nuevos naufragios
Alrededor de su calor-fogata
Flores de gûicoy
En esta época del año, el campo florece a dos alturas, los guicoyes se arropan en la sombras de los maizales crecientes. Surgen por debajo y se elevan timidamente, esparciendose al roce de la tierra. Las ramas suaves, delicadas y levemente espinosas se enrollan entre la delgadez del maíz cuyo cuerpo aún no sostiene mazorcas. Los guicoyes forman enredaderas abundantes y comienzan a llenarse de frutos, guicoyes pequeños surgen después de la segunda temporada de lluvias, al inicio. Necesitan solo un poco de humedad para pegar el brinco, para surgir de sus pequeños nucleos y retoñar de verde suave en flores amarillas y esponjadas. Las flores de guicoy son colectadas todos los años, como una exquisitéz ampliamente esperada, Como pequeños nucleos son colocadas en cestas, dejando algunas espinitas incrustadas en la mano de quién las recoge. Las mujeres las llevan con cuidado y las colocan encima de sus canastos para antojar a los compradores que cómo yo nos agolpamos antojados de ese sabor profundo depositado en esas flores tan suaves y delicadas.