24 de julio de 2008

No pasa nada


Luego de tanto trabajo, tantas energías mezcladas, tanto derroche de adrenalina, vino un silencio implacable. Un silencio contundente, un muro impenetrable, sin una grieta visible. De esta forma funcionan las cosas, hubieron muchos sentimientos contrariados, furia pasiva al ver nuestro atrevimiento revistiendo las paredes. Y tan fácil fue anularnos, hacer la vista a un lado, tirar con fuerza de una pancarta o recubrir la pinta con pintura blanca "pureza". Es tan fácil ocultarnos, no mostrarnos, no dignarse si quiera a pronunciarnos. Ley de Hielo la llamabamos de niños, un silencio anulador, un no-nombrar que margina, que anula, que destierra, ostracismo total el de este silencio social. Una Ley de Hielo decretada a las lesbianas, las lesbianas feministas, las rebeldes, las lindas y locas que se mueven por debajo de la ropa de la realidad para que pique, para que duela, para que moleste seguir pretendiendo que en este país, no pasa nada.

1 comentario:

Noe Vásquez Reyna dijo...

por qué los laberintos, y por que tanto silencio... esa también es mi rabia.