Cierro los ojos y su ternura me invade,
esa ternura tan suya.
En magnífica complicidad nuestros ojos se encuentran.
Pienso en ella como nunca
y en esas ganas de tenerla cerca de nuevo
de reposar en esa candidez que sólo en sus brazos encuentro
Estoy enamorada y eso me asusta porque muchas veces
me perdí de mí misma en ella.
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