Más allá de mí, el infinito
el dolor, la irreverencia, el absoluto
la instancia del recuerdo convertida en calvario
telenovela pop la del proyecto
de esa que quieren que sea
y ni a putas puedo
Esta es una canción para mi enojo
un grito de auxilio a mi decencia
un centinela de alcoba a mis pecados
los que he condenado a conciliarse
Que se besen los ojos asesinos
de aquellas caras largas del espejo.
Que se acaricien hasta comulgarse
aquellos puños que rasgaron pieles.
Y que no exista más, yo, la del enojo
la del irremediable corazón dolido
la que se culpa cual virgen de dolores
y se azota como hija del mismísimo dios mío.
La que se clava en la cruz todas las noches
y se desclava para desangrarse todo el día
A todas esas voces incoloras
que se escondieron en la tina
cuando desgarré mis venas
A aquellos suplicios recitados
cuando con agua se diluyeron
los veinticinco diacepanes en mi cumpleaños.
A las postales de despedidas
que llegaron sin dar explicaciones
porque el bang-bang resulta caro
para una pinche desempleada de la utopía
No tienes que ser discipula, fan, crítica, ni enemiga, solo tienes que ver, ni siquiera con límite de tiempo, prestarme tus ojos para verme en ellos, ser una testiga.
17 de enero de 2008
16 de enero de 2008
Luminosidad
En el amanecer recogeré mis pedazos,
los llevaré a mi fotaga,
fundiré de nuevo mis cimientos.
Puliré mis aristas y resurgiré
con toda la luminosidad que me deja tu ausencia
los llevaré a mi fotaga,
fundiré de nuevo mis cimientos.
Puliré mis aristas y resurgiré
con toda la luminosidad que me deja tu ausencia
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